Como Funciona Una Planta De Tratamiento De Aguas Servidas

Una planta de tratamiento de aguas residuales cuenta con sistemas especialmente diseñados para retirar los contaminantes que llegan a ser vertidos en el agua . De esta forma se puede limpiar el agua y puede pasar nuevamente a la incorporación a un cuerpo lacustre natural, es decir, mar, ríos o lagos. 04-12-2021

Tratamiento de aguas residuales: ¿Cómo se lleva a cabo?

En Chile, se utiliza un sistema automatizado para eliminar la arena y los desechos del agua antes de enviarlos a lugares designados para su eliminación adecuada. Este proceso es importante para garantizar que el agua esté limpia y segura para su uso.

Después de este primer paso, se lleva a cabo un tratamiento secundario en el cual se elimina la materia orgánica presente en el agua mediante la acción de bacterias. Estas bacterias descomponen los residuos orgánicos, lo que ayuda a purificar aún más el agua.

Una vez completado este proceso, es necesario separar los lodos o residuos sólidos del agua. Esto se logra utilizando una técnica llamada decantación, donde los lodos pesados ​​se asientan en el fondo mientras que el agua clara queda en la parte superior.

Para asegurar un adecuado funcionamiento del sistema de tratamiento de aguas residuales, es fundamental llevar a cabo mantenimientos regulares. Esto implica realizar inspecciones periódicas para verificar que todos los componentes estén funcionando correctamente y limpiar cualquier acumulación o bloqueo que pueda afectar su rendimiento.

Además, es importante concienciar sobre la importancia de no arrojar desperdicios ni productos químicos al sistema de alcantarillado. Muchos problemas pueden surgir si estos elementos ingresan al sistema y pueden requerir costosas reparaciones o incluso causar daños irreparables al medio ambiente.

¿Cómo funciona una planta de tratamiento de aguas residuales?

Una planta de tratamiento de aguas residuales es una instalación diseñada específicamente para eliminar los contaminantes presentes en las aguas servidas antes de ser devueltas al medio ambiente. El proceso consta generalmente de varias etapas que trabajan en conjunto para lograr este objetivo.

La primera etapa del proceso es la recepción del agua residual, donde se recopila y dirige hacia la planta mediante sistemas de alcantarillado o tuberías especiales. Una vez allí, el agua pasa por un proceso llamado pretratamiento, donde se eliminan los sólidos más grandes como piedras, palos y otros desechos similares.

Después del pretratamiento, el agua ingresa a la siguiente etapa conocida como tratamiento primario. Aquí se utilizan diferentes métodos físicos y químicos para separar los sólidos suspendidos más finos del líquido. Esto puede incluir procesos como la sedimentación o flotación, donde las partículas más pesadas caen al fondo mientras que las más ligeras flotan en la superficie.

Una vez completado el tratamiento primario, el agua pasa a través del tratamiento secundario. En esta fase, los microorganismos son introducidos intencionalmente en el agua con el fin de descomponer aún más cualquier material orgánico presente. Este proceso se conoce como tratamiento biológico y puede incluir métodos como la oxidación aeróbica o anaeróbica.

Después del tratamiento secundario, el agua residual pasa por una etapa de desinfección. Aquí se utilizan productos químicos o procesos físicos para eliminar cualquier bacteria, virus u otros microorganismos patógenos que puedan estar presentes en el agua. Esto garantiza que el agua tratada sea segura antes de ser devuelta al medio ambiente.

Finalmente, el agua tratada es liberada a través de un sistema de descarga controlado hacia ríos, lagos u océanos cercanos. Antes de su liberación final, se pueden realizar pruebas adicionales para asegurarse de que los niveles de contaminantes estén dentro de los límites permitidos establecidos por las regulaciones ambientales.

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Pretratamiento

Durante esta fase del proceso de tratamiento de agua, el objetivo principal es eliminar los residuos sólidos presentes en el líquido, los cuales suelen provenir principalmente del canal de descarga. Para lograr esto, se utilizan rejillas con diferentes tamaños. Algunas rejillas más grandes pueden filtrar objetos como botellas u otros similares, mientras que las más pequeñas están diseñadas para retener arena y partículas de menor tamaño.

Tratamiento primario

En una planta de tratamiento de aguas servidas, se utiliza un proceso que involucra tanques de sedimentación y sistemas de bombeo. Estos tanques tienen como objetivo principal separar los residuos presentes en el agua para poder tratarla adecuadamente. Al utilizar este sistema, se logra eliminar la materia fecal que queda depositada en el fondo del tanque, así como también las grasas y plásticos que flotan en la superficie. De esta manera, se obtiene un líquido descontaminado listo para ser tratado posteriormente.

Tratamiento secundario

A pesar de haber eliminado los desechos en el proceso anterior, todavía quedan bacterias presentes en el agua tratada. Por esta razón, se utiliza un sedimentador secundario que se basa en principios biológicos. La mayoría de las plantas de tratamiento emplean procesos aeróbicos para lograr este objetivo.

En esta etapa del proceso se utilizan microorganismos que ayudan a descomponer la materia orgánica biodegradable. Estos microorganismos también son capaces de eliminar compuestos que contienen nutrientes como el nitrógeno y el fósforo.

Tratamientos terciarios

Estos procesos también son conocidos como tratamientos avanzados y se destacan por elevar aún más el nivel de calidad del agua. Después de haber alcanzado un 85% de pureza en la etapa anterior, es necesario continuar trabajando en ella para que sea segura y apta para su consumo.

En una planta de tratamiento de aguas servidas, existen dos etapas importantes en el proceso terciario. La primera etapa es la filtración, donde se retienen los residuos de materia suspendida y las toxinas restantes. Esta filtración ayuda a mejorar la calidad del agua tratada. Por otro lado, está la desinfección, que utiliza diferentes métodos para eliminar los microorganismos patógenos presentes en el agua. Algunos de estos métodos incluyen el uso de productos químicos como el cloro y también se emplea luz ultravioleta (UV) como desinfectante. Estas técnicas son ampliamente utilizadas debido a su eficacia para garantizar que el agua tratada sea segura para su posterior reutilización o descarga al medio ambiente sin causar daño alguno.

La planta de tratamiento de aguas servidas funciona gracias a los estudios de factibilidad realizados por HLC como parte de su servicio de saneamiento en el área de ingeniería. Estos procesos son fundamentales para garantizar un adecuado tratamiento y gestión del agua residual.

El funcionamiento del sistema de tratamiento de aguas residuales

El tratamiento de aguas residuales es un proceso que se encarga de limpiar y purificar el agua sucia antes de ser devuelta al medio ambiente. Este servicio es muy importante para proteger la salud pública y preservar los recursos naturales.

En una planta de tratamiento de aguas servidas, las aguas residuales pasan por diferentes etapas para eliminar los contaminantes. Primero, se realiza una separación física para retirar objetos grandes como palos o piedras. Luego, el agua pasa por un proceso biológico donde microorganismos descomponen la materia orgánica presente en ella. Después, se lleva a cabo una filtración química para eliminar sustancias nocivas adicionales.

Una vez que el agua ha sido tratada adecuadamente, puede ser utilizada nuevamente o devuelta a ríos y mares sin causar daño al ecosistema ni poner en riesgo la salud humana. El cumplimiento estricto de las normativas establecidas garantiza que este proceso sea efectivo y seguro para todos.

Procesos en una planta de tratamiento de agua

El tratamiento químico en plantas de tratamiento de aguas residuales incluye diferentes etapas para garantizar la eliminación eficiente de contaminantes. Estas etapas son:

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1. Neutralización: Se ajusta el pH del agua residual para evitar efectos corrosivos o alcalinos en los equipos y tuberías.

2. Desinfección: Se utilizan productos químicos como cloro, ozono o luz ultravioleta para eliminar microorganismos patógenos presentes en el agua.

3. Precipitación de fosfatos: Mediante la adición de compuestos químicos, se logra la precipitación y remoción del fósforo presente en el agua residual, evitando su liberación a cuerpos receptores.

4. Eliminación de nitrógeno: A través de procesos biológicos y/o químicos, se transforma el nitrógeno amoniacal presente en las aguas residuales en formas menos tóxicas como nitrato o gas nitrógeno.

5. Desescarchado: En zonas frías donde las temperaturas pueden congelar los sistemas, se utiliza sal u otros compuestos químicos para evitar que los equipos y tuberías se congelen y afecten su funcionamiento.

6. Desmanganización: Si hay presencia excesiva de manganeso en el agua residual, se emplean reactivos químicos específicos para precipitarlo y removerlo antes del vertido final.

Estas etapas forman parte esencial del proceso global que ocurre dentro una planta de tratamiento de aguas servidas, asegurando así un adecuado tratamiento antes del vertido final al medio ambiente o su reutilización segura.

Químicos empleados en el tratamiento de aguas residuales

En una planta de tratamiento de aguas servidas en Chile, se utilizan diferentes productos químicos para llevar a cabo el proceso de purificación del agua. Uno de estos productos es el dióxido de cloro, que se utiliza como desinfectante y ayuda a eliminar bacterias y microorganismos presentes en el agua.

Otro producto químico utilizado es el ácido muriático, que tiene propiedades desinfectantes y ayuda a regular los niveles de pH del agua tratada. El carbonato de sodio también juega un papel importante en la planta, ya que actúa como un agente neutralizador para ajustar los niveles de acidez o alcalinidad del agua.

Además, se emplea un alguicida para controlar el crecimiento excesivo de algas en las instalaciones. Este producto evita la formación de algas y garantiza la calidad estética del agua tratada.

El cloro es otro componente clave utilizado en las plantas chilenas para tratar las aguas residuales. Actúa como un poderoso oxidante y desinfectante, eliminando eficientemente bacterias patógenas presentes en el agua.

Por último, pero no menos importante, se utiliza bicarbonato de sodio durante ciertas etapas del proceso para ayudar a mantener los niveles adecuados tanto del pH como alcalinidad total necesarios para lograr una correcta depuración del agua residual.

Estos son solo algunos ejemplos representativos entre muchos otros productos químicos utilizados dentro una planta chilena dedicada al tratamiento efectivo y seguro

Destino de las aguas residuales

Las plantas de tratamiento de aguas servidas son instalaciones clave en el proceso de saneamiento y preservación del medio ambiente. En Chile, todas las ciudades y pueblos cuentan con estas plantas para tratar las aguas negras antes de ser devueltas al entorno natural.

Estas plantas funcionan como grandes fábricas encargadas de remover los materiales dañinos presentes en las aguas residuales. El primer paso del proceso es la recepción y separación inicial de los desechos sólidos más grandes, como papel higiénico o plásticos, a través de rejillas y tamices.

Luego, el agua pasa por un sistema llamado “pretratamiento”, donde se eliminan los sedimentos más pesados ​​y se ajusta su pH para facilitar el tratamiento posterior. Después, el agua ingresa a tanques donde ocurren procesos biológicos que ayudan a eliminar contaminantes orgánicos mediante bacterias beneficiosas que descomponen la materia orgánica presente.

Posteriormente, se lleva a cabo una etapa conocida como “tratamiento secundario”, en la cual se utilizan sistemas aeróbicos o anaeróbicos para continuar removiendo sustancias nocivas restantes. Estos sistemas pueden incluir lagunas aireadas o reactores biológicos secuenciales (RBS), entre otros.

Finalmente, el agua tratada pasa por un último proceso llamado “desinfección”. Este paso tiene como objetivo eliminar cualquier microorganismo patógeno que pueda estar presente en el agua residual tratada antes de ser liberada nuevamente al medio ambiente. Para ello, se utilizan diferentes métodos como cloración o irradiación ultravioleta.

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Es importante destacar que el proceso de tratamiento de aguas servidas es fundamental para proteger la salud pública y preservar los ecosistemas acuáticos. Además, estas plantas también pueden recuperar ciertos recursos valiosos presentes en las aguas residuales, como nutrientes o energía.

Tipos de PTAR: ¿Cuántos hay?

Una planta de lodos activados es un tipo de sistema utilizado en las plantas de tratamiento de aguas servidas para eliminar los contaminantes presentes en el agua. En este proceso, se utilizan microorganismos que se alimentan y descomponen la materia orgánica presente en el agua, convirtiéndola en sustancias más simples y menos dañinas. Estos microorganismos forman una especie de fango o lodo que se separa del agua mediante procesos físicos y químicos.

Una planta de filtro aireado sumergido es otro tipo de sistema utilizado para tratar las aguas servidas. En este caso, el agua pasa a través de filtros compuestos por material filtrante como arena o grava, donde los organismos presentes ayudan a remover los contaminantes del agua. Además, durante este proceso se añade oxígeno al agua para favorecer la actividad bacteriana y mejorar la eliminación de impurezas.

La planta de reactores discontinuos secuenciales es un sistema que utiliza tanques divididos en compartimentos donde ocurren diferentes etapas del tratamiento del agua servida. Cada compartimento tiene una función específica como la remoción biológica o química, permitiendo así una mayor eficiencia en la eliminación de contaminantes.

Por último, una planta con reactor de lecho fijo utiliza medios filtrantes como piedras u otros materiales porosos donde crecen biofilms (capa biológica) que actúan como agentes depuradores al retener partículas sólidas y microorganismos responsables del tratamiento biológico.

– Planta lodos activados: Utiliza microorganismos para descomponer sustancias orgánicas en el agua.

– Planta filtro aireado sumergido: Filtra el agua a través de material filtrante y añade oxígeno para mejorar la eliminación de contaminantes.

– Planta reactores discontinuos secuenciales: Utiliza tanques divididos en compartimentos para diferentes etapas del tratamiento del agua servida.

– Planta reactor lecho fijo: Utiliza medios filtrantes donde crecen biofilms que actúan como agentes depuradores.

Diferencia entre PTAR y PTAP

Una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) es una instalación diseñada para tratar y purificar las aguas residuales antes de ser devueltas al medio ambiente. Su objetivo principal es eliminar los contaminantes presentes en estas aguas, como bacterias, virus, nutrientes y productos químicos nocivos.

El proceso de tratamiento en una PTAR consta generalmente de varias etapas. En primer lugar, se realiza un pretratamiento donde se retiran sólidos grandes y objetos no deseados mediante rejillas y tamices. Luego, el agua pasa a través del proceso primario donde se separan los sólidos suspendidos más finos por sedimentación o flotación.

Después del proceso primario, el agua residual ingresa a la etapa secundaria donde ocurre la biodegradación. Aquí, microorganismos aeróbicos o anaeróbicos descomponen la materia orgánica presente en el agua residual. Este paso puede llevarse a cabo mediante sistemas como lodos activados o lechos bacterianos.

Posteriormente, el agua tratada pasa por un proceso de clarificación para eliminar cualquier partícula restante que pueda afectar su calidad final. Esto se logra utilizando técnicas como la filtración con arena o membranas.

Finalmente, antes de ser liberada nuevamente al medio ambiente (ríos u océanos), el agua tratada puede someterse a una desinfección adicional para eliminar cualquier organismo patógeno remanente. Esto suele hacerse mediante cloración u otros métodos químicos seguros.

P.S.: Es importante destacar que existen diferentes tipos de plantas de tratamiento según su función específica: las Plantas de Tratamiento de Agua Potable (PTAP) se encargan de purificar el agua para consumo humano, mientras que las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales Industriales (PTARI) están diseñadas para tratar los efluentes generados por la industria. Estos procesos son esenciales para proteger nuestro medio ambiente y garantizar un suministro seguro y limpio de agua en Chile.